"Desde ese domingo, la vida de nuestra familia cambió para siempre”. Ese domingo fue el 5 de abril de 2015 y la vida que cambió para siempre fue la de los Mendizábal a partir de la tragedia que despedazó los sueños de Macarena, hermana de Iara, quien describe el calvario. “Hoy Maca vive desconectada del mundo aunque abre sus ojos cuando está despierta, los cierra para dormir y algunas veces se le escapan lágrimas”, dice. Desconectada del mundo, en estado vegetativo, y conectada a un respirador y a un sistema de monitoreo de 24 horas. Así es hoy la vida de Macarena, estudiante de cuarto año de Psicología, fanática del patín artístico, que tenía 21 años aquel domingo en que un conductor alcoholizado, al volante de su auto, chocó contra el vehículo en que ella viajaba con unos amigos. Un fallo acaba de condenarlo a tres años de prisión efectiva por lesiones culposas leves en concurso ideal con lesiones culposas gravísimas. Macarena había sido condenada mucho antes.

Ayer se conmemoró el Día Mundial de las Víctimas del Tránsito. Según la organización Luchemos por la Vida, en un cuarto de siglo se perdieron en la Argentina 189.810 vidas en accidentes viales. Un informe oficial establece en 5.472 los muertos por esa causa en 2018 y la Organización Panamericana de la Salud agrega que es esta la principal amenaza para quienes tienen entre 5 y 29 años. La estadística, con ser tremenda, no alcanza a dar la dimensión completa de lo que genera esa imprudencia al volante, que lastima, mutila y mata aunque sus víctimas, como Macarena, sigan en este mundo. Los números que habitualmente no se miran indican que hay alrededor de 120 mil lesionados por año en el país por esta causa. A nivel internacional, la Organización Mundial de la Salud indica que son entre 20 y 50 millones de personas, en todo el planeta, quienes sufren traumatismos mortales por este tipo de siniestros en ese período. Los costos ocasionados implican, para la mayoría de los países, el 3% de su PBI. Y aunque las naciones de ingresos bajos y medios tienen alrededor del 60% de los vehículos del mundo, en ellos se registran más del 93% de las muertes vinculadas a accidentes viales.

Un comparativo entre diferentes países, realizado entre 1990 y 2014, considerando los fallecidos en el hecho o como consecuencia de él dentro de los 30 días posteriores, muestra bajas notables en Suecia, Holanda, Estados Unidos y sobre todo España, que pasó de 9.032 fallecimientos anuales a 1.680, con una tasa de reducción del 81%, según relevamiento de Luchemos por la Vida. No hay milagros. Las estrategias que funcionan, para la OMS, tienen que ver con una mejor legislación sobre riesgos como exceso de velocidad, consumo de alcohol al volante y el no uso del cinturón de seguridad; una infraestructura vial más segura, como la creación de carriles especiales para bicicletas; mejores normas de seguridad para los vehículos, como la exigencia de control electrónico de estabilidad y sistemas de frenado avanzado; mejores sistemas de atención de emergencias. El informe señala que en la Argentina ha habido avances importantes en capacidad institucional de monitoreo, regulación y fiscalización, pero que la seguridad vial todavía presenta enormes desafíos.

¿Y la responsabilidad individual? El último informe del Observatorio de Seguridad Vial de la Cámara de Empresas de Control y Administración de Infracciones de Tránsito de la República Argentina, la semana pasada, estableció que el 58% de los conductores admitió enviar y escuchar mensajes de WhatsApp mientras maneja. Otro trabajo, el año pasado, había revelado que el 40% de los encuestados usaba el celular cuando conducía, a pesar de que el 85% reconocía al móvil como la mayor causa de distracción en el tránsito. Los peatones también hacen su parte: 9 de cada 10 reconoce cruzar por la mitad de la cuadra y casi la misma proporción lo hace con el semáforo en rojo si ve que no viene ningún auto. Ninguna medida será suficiente si no entendemos cuál es nuestra parte en el todo.

Fuente: https://www.clarin.com/opinion/macarena-entra-estadistica_0_Rlh3LZ1I.html