Un engaño que está vestido de verdad
La Nación, 31/3/18
Un engaño que está vestido de verdad
Por: Gabriel Tomich
Los sofistas fueron unos pseudo filósofos que, mediante una excelsa oratoria y una lógica impecable, eran capaces de convencer a quienes los escuchaban que un argumento falso era una verdad irrefutable. La alta tasa de víctimas en accidentes de tránsito en nuestro país (más de 7200 anuales) llevó a instalar radares y cámaras para controlar los excesos de velocidad y sancionar a los infractores. Pero pronto, no pocos gobiernos municipales y provinciales descubrieron que las fotomultas eran un buen filón recaudatorio para sus arcas y ahí empezaron los engaños. Entre otros, instalar en sus jurisdicciones, estratégicamente, sucesivos carteles de reducción de velocidad en tan pocos metros que resultan casi imposible de cumplir, aún con una frenada muy brusca (con los riesgos que esto conlleva), o poner algunos "temporales" (incluso en rutas y autovías nacionales), tal como se ve en un video que se viralizó por estos días, en el que el autor de las imágenes increpa (sin agredir) a un señor con una campera con la leyenda "Tránsito", en un lugar que llama "Loma Verde", y en el que también se ve un furgoncito con su puerta trasera abierta, la cámara dentro, un imperturbable operador detrás y tirado en el piso un cartel de 40 km/h con un trípode plegable. Un verdadero cazabobos para labrar multas. Que quede claro: se debe controlar y sancionar; incluso, debe hacerse con más rigor y alcance. No solo la velocidad máxima (quizás lo más fácil de hacer): hay decenas de otras infracciones tan más peligrosas que las autoridades no se molestan en verificar porque es más complicado realizarlo. Los controles viales deben tener como prioridad prevenir accidentes y educar. Hacerlos para recaudar es un sofisma: un engaño vestido de verdad.
Fuente: https://www.lanacion.com.ar/2121017-un-engano-que-esta-vestido-de-verdad
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